Boniato, aroma de otoño (I)

El boniato (Ipomoea batatas) es una planta de la familia Convolvulaceae, cultivada en gran parte del mundo por su raíz tuberosa comestible.
Colón se encontró con el boniato en Haití, donde lo llamaban batata, en otros países es conocido también como camotepapa dulce, patata dulce moniato, y cuando lo trajo a Europa triunfó más que la patata, pero tampoco demasiado. El paso de los siglos le hace justicia y hoy es un alimento muy apreciado, sobre todo porque conocemos los detalles de sus grandes beneficios para la salud.

Hay distintos tipos: los boniatos blancos tienen una piel de color claro e interior amarillo pálido; los naranjas por fuera son de color naranja rojizo, y por dentro, más o menos color calabaza; los de color rosa-morado por dentro suelen ser amarillos, los morados-negros por dentro son morados…
La densidad nutritiva del boniato es muy alta. Sus nutrientes mayoritarios son los hidratos de carbono, compuestos por igual por almidones complejos y azúcares simples. Estos son más abundantes cuanto más maduro está y más tiempo ha estado almacenado. Pese a su dulzor, su carga glucémica estimada, una vez cocido o asado, es de 7, lo que indica que la glucosa pasa lentamente a la sangre sin provocar subidas bruscas de insulina. Tanto es así que se recomienda, en cantidades moderadas, en caso de diabetes.
Las proteínas, aunque mo­deradas (1,7%), tienen un perfil de aminoácidos muy adecuado para su aprovechamiento, y son ricas en uno de los llamados esenciales, la metionina, normalmente escaso en el reino vegetal.
Como revela el color anaranjado de la pulpa, el boniato es rico en provitamina A, en forma de betacaroteno. Doscientos gramos de boniato cubren dos veces las necesidades diarias de  esta vitamina, esencial para la piel, la salud visual y el desarrollo óseo. También destaca su contenido en vitaminas C, B6, B5, B1 y B2. En cuanto a minerales, sobresale su aporte de manganeso, potasio, cobre y hierro.
La peculiar composición del boniato se asocia con una serie de importantes beneficios para la salud. Una de las propiedades del boniato más destacables para la salud es su mencionado efecto antioxidante.
El más conocido es el betacaroteno, que previene las cataratas, trastornos inmunitarios e incluso algunos tipos de cáncer gracias a su efecto estimulante sobre el sistema inmunitario.
Además del betacaroteno, es rico en fenoles y flavonoides que, junto con proteínas como el glutatión y sus vitaminas y minerales, refuerzan su poderoso efecto antioxidante.
Es destacable su contenido en manganeso. Una ración de 100 gramos aporta la cuarta parte del que se precisa al día.
Este mineral, que interviene en la formación de huesos y cartílagos, así como en la coagulación sanguínea, forma parte de una enzima que protege de los radicales libres.
El glutatión, por otra parte, es desintoxicante y ayuda a eliminar el cadmio, el paracetamol o algunos contaminantes ambientales.
Además potencia la actividad de otros antioxidantes como la vitamina C y E, y ayuda a regenerar esta última.
Los boniatos violetas son ricos en antocianinas, pigmentos que también posee una aguda acción antioxidante y que reducen la inflamación en ciertos trastornos como la artritis reumatoide, la artrosis o el asma.
Para la medicina tradicional china, el boniato tonifica el chi y el xue, y beneficia al bazo y al pulmón, y consolida el riñón, además de calentar y fortalecer el organismo.
Las personas con trastornos renales, como la propensión a la formación de piedras, o con deficiencias de ciertos minerales, deben moderar la ingesta de este alimento por su contenido en oxalatos.

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